En los periodos vacacionales y ahora coincidiendo con el cambio de quincena, suelen producirse fricciones entre los padres conllevando a episodios desafortunados implicando y perjudicando a los menores. No se reflexiona el grave daño que se les ocasiona precisamente en el periodo de máxima desconexion y felicidad para ellos como es la época estival donde merecen unas tranquilas y merecidas vacaciones.
Pensando en los niños, niñas y adolescentes, sin buscar padres y madres culpables, apelo siempre a la cordura y respeto por y para ellos. Recordad que ellos no escogen como rompen sus padres y su infelicidad puede generar secuelas difíciles de gestionar.
Os invito a extender y reenviar mi mensaje a aquél padre o madre que provoca el caos en verano y dañan a los hijos.
El verano debe llenarse de las sonrisas de los niños, niñas y adolescentes, no de lágrimas.
Feliz quincena.